Aquello de que el físico no lo es todo ya es un cliché bastante repetido a la hora de buscar pareja, sin embargo, esto no significa que deje de ser real. Y es que ciertamente, el cuerpo atrae considerablemente y es uno de los primeros factores en los que nos fijamos al ver a alguien, pero la realidad es que existen otros elementos tanto o más importantes, entre los que destaca indudablemente el humor.
Muchas veces se llega a “infravalorar” el potencial que tiene un buen sentido del humor dentro del mundo de las relaciones, y aunque aquello de hacer reír a la otra persona para desviar su atención de tu físico sea más bien un mal chiste, la realidad es que un par de oraciones jocosas pueden ser la clave del éxito.
Entonces, ¿por qué nos gusta el humor?
La razón es compleja e implica varios factores que se mezclan entre sí.
El primero (y probablemente el más importante) es el de la inteligencia. Pocas veces nos damos cuenta pero para formular un chiste e incluso para entenderlo hay que usar el cerebro más de lo que aparenta. Estas representaciones de situaciones satíricas de la vida real ameritan un análisis profundo e inconscientemente, la otra persona puede darse cuenta de esto… En otras palabras, mientras más te haga reír, es más probable que sea alguien listo.
También juega un papel fundamental el tema de la cercanía y el tipo de persona que se tenga al frente. ¿El motivo? Pues, el humor ayuda a dar la sensación de que nuestro interlocutor es cálido, cercano y empático. Además, se preocupa e invierte tiempo en mejorar el ambiente entre ambos y romper un poco el hielo.
No todos somos iguales
Curiosamente, hay quienes señalan que los hombres y las mujeres tienen algunas diferencias marcadas. En el caso de parejas heterosexuales, los chicos no dan casi ninguna importancia a la capacidad que tenga la chica para hacerlos reír e incluso es algo que pueden llegar a ignorar.
Su interés, en cambio, se centra en que ella preste atención, entienda y se ría de sus chistes o historias. Por lo tanto, el sentido del humor sigue siendo protagonista, aunque esta vez sea casi como un condicionante que puede llegar a mejorar notablemente las posibilidades de que ambos terminen juntos.
No obstante, hay que ser realistas: no podemos decir que algunas risas bastarán para que nuestro interlocutor termine perdidamente enamorado de nosotros. Hay que entender que esto de las relaciones es una cuestión humana, donde se ven involucrados directamente los intereses, expectativas, experiencias, actitudes, sueños e incluso gustos de ambas partes por igual.
Pero ser demasiado divertida a veces puede ser aburrida
Es por eso que recomendamos la mejor arma posible: ser espontáneo. Si eres tú mismo o tú misma, sin fingir o mentir, es muy probable que saques tu lado más extrovertido y las cosas comiencen a fluir entre ambos de muy buena manera; desde las conversaciones amenas hasta las risas, sin que en ningún momento se sientan incomodos o forzados a actuar de una forma que no es natural para ustedes.