La tecnología ha avanzado a pasos agigantados, sobre todo en las últimas décadas, de modo que ahora tenemos cosas que ni siquiera podíamos imaginar hace unas décadas – como la posibilidad de registrarse en Coolbet con solo un par de clics. Pero, todo eso muchas veces genera cierto miedo. En la mayoría de las ocasiones son temores causados por el desconocimiento y más aún si se trata de un tema como el que hablaremos hoy: la inteligencia artificial.
Mucho se ha dicho al respecto y sobre las implicaciones éticas y humanas que hay en el hecho de hacer que una máquina piense por sí misma o por lo menos intentar emular las capacidades del cerebro humano en un aparato artificial. La gran incógnita sobre si algún día podrán ser más inteligentes que nosotros sigue ahí, pero hay una que es bastante inquietante.
¿Podrán los robots sentir, pensar o captar ironías algún día?
Lo cierto es que hoy por hoy es casi imposible dar una respuesta sensata y concreta al respecto. Aunque muchas personas van un poco más allá y se preguntan si la inteligencia artificial será capaz de desarrollar sentido del humor y hacernos reír más adelante.
Es un tema exageradamente intrincado debido a que el humor es algo subjetivo que varía entre una persona y otra, y en muchas ocasiones entre una cultura y otra. A esto hay que sumarle que a día de hoy se entiende que es posible que el sentido del humor tal y como lo conocemos sea un comportamiento propio del ser humano, es decir que ningún otro animal es capaz de tenerlo. Además, la risa se lleva a cabo con órganos del cuerpo humano, desde los pulmones hasta los mismos dientes, todo lo involucrado en ella es orgánico.
¿Comprender los chistes?
Actualmente se desarrollan algoritmos que permitan a determinada inteligencia artificial comprender la manera en la que se estructura el humor y más específicamente los chistes. Se parte de la primicia de que esto es posible gracias a que en su mayoría obedecen a un patrón. Si bien es cierto que esto no se puede considerar como cumplir el objetivo es un buen primer paso para hacer que dicha IA nos pueda hacer reír en un futuro aunque en su mayoría hoy en día se limita a comprender qué puede ser considerado como gracioso y qué no.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que lo que se está haciendo es sistematizar el humor de cierta manera, aunque aún no se está creando desde cero. Una máquina aún no es capaz de contarnos algo gracioso producto de sus ocurrencias, aunque sí es capaz de responder de manera irónica gracias a información acumulada de experiencias anteriores.
El futuro lo es todo
Lo que te acabamos de nombrar es solo el principio. Esto puede resultar un poco atemorizante para muchas personas debido a que realmente no sabemos hasta dónde puede llegar este fenómeno en todos los aspectos posibles incluyendo el del humor. De momento es imposible pedirle a un robot que se suba a un escenario y le saqué un montón de carcajadas a un público, pero eso no significa que más adelante no se pueda.
Esto va a incidir de manera directa en casi todos los ámbitos de la cotidianidad porque si se da podemos estar hablando de que las máquinas podrían inclusive sustituirnos en trabajos que involucren ingenio y creatividad, que eran dos características que se creía que podían mantener al ser humano como realmente indispensable dentro del mercado laboral.
Podemos concluir diciendo que actualmente la inteligencia artificial no es capaz de hacernos reír y a duras penas va entendiendo lo que es el humor, pero el desarrollo que haya en esta área va a ser directamente proporcional a los avances científicos y tecnológicos que se den más adelante… Solo es cuestión de tiempo.